21 de out. de 2014
Son finales del año 2012 y en la ciudad de Lima se habla de los terremotos en distintos lugares del planeta y en la proximidad del fin del mundo. En medio de estas murmuraciones, existe una persona a la cual la idea de que su vida termine le va y le viene, se trata del guachimán (Ubaldo Huamán) de la calle Los Gladiolos. Un tipo con cara de pocos amigos, serio, parece haber guardado la sonrisa en una caja fuerte y luego haberse comido la llave.
El guachimán anda triste, el administrador del edificio que vigila a diario le ha dicho que sólo trabaja hasta fin de mes, en otras palabras es su última navidad y año nuevo en aquel lugar, el desempleo se encuentra a la vuelta de la esquina. Por otra parte, su mujer ya no quiere saber nada con él, se han separado. Todo parece irle de mal en peor, igual no se queja, resiste estoicamente. La única persona que parece tenerle cariño y comprenderlo, sin juzgar su actitud tan hosca es la anciana viuda Doña Trini (Élide Brero) que habita también en aquel inmueble.
Una mañana cercana a la fecha del fin del mundo llega una muchacha llamada Tesla (Kani Hart) al edificio. El guachimán la mira con indiferencia, lo que desconoce es que tiene algo en común con ella: la inmensa sensación de soledad. Pronto él, Doña Trini y Tesla se convertirán en un grupo de 3 locos solitarios en un mundo que se cae a pedazos por su execrable egoísmo.
“Lima 13” tiene una estupenda actuación de Ubaldo Huamán, quien borda su papel de principio a fin. Sus miradas y gestos expresan mucho, se compenetra con el papel al 100% llegando a emocionar al espectador, sobre todo en el último tramo del filme.
Si bien el fin del mundo es el tema en el que se enmarca la película, juntar esas sensaciones de miedo con el drama interior de cada personaje (una percepción de muerte en vida) le da mayor consistencia a la historia. Lo mejor del filme de Aguilar recae en los diálogos de Doña Trini y Tesla hacia el guachimán, los cuales nos hacen reflexionar sobre la vida y sus vaivenes visto desde dos aspectos distintos (el de la sabiduría de la persona mayor y el de la rebeldía, y a la vez esperanzadora, adolescencia).
No puedo dejar de mencionar lo hermosa que es la novel actriz Kani Hart. Alguna vez dije que Catherine Deneuve tenía una belleza inclasificable, otro día que Marion Cotillard te embriaga con sólo verla, Audrey Tautou te hechiza desde la primera toma. En el caso de Kani es muy joven, le falta mucho cine por hacer, pero desde ya genera una gran química con la pantalla (como en su momento lo hicieron y hacen las guapas actrices antes mencionadas).
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